Three insights from the IEA on the future of hydrogen in LAC

Por favor revise más abajo versión en español

Latin America is one of the world’s leading regions for renewable energy production and use and is, as a region, one of the major players in the international push for low-carbon hydrogen. Currently more than 11 countries have either launched or are in the process of launching their national hydrogen strategy.

The International Energy Agency (IEA) recently published a report highlighting how low-carbon hydrogen has the potential to reduce emissions and develop new export markets for the region.

Some of the key points:

  • Almost 90% of the region’s hydrogen demand in 2019 was concentrated in the region’s five largest economies and in Trinidad and Tobago, which alone accounted for more than 40% of total hydrogen demand.
  • Some countries in Latin America have the potential to produce more low-carbon hydrogen than they can consume, thanks to their abundant and competitive renewable energy resources.
  • Hydrogen produced from renewable electricity can replace natural gas imports in certain countries. It can also provide seasonal and inter-annual electricity storage using surpluses of renewable energy in a region with large shares of hydropower and can provide stable renewable power supply in isolated systems and islands.

New Energy Events spoke with Mariano Berkenwald and Javier Jorquera of IEA’s Office of Global Energy Relations about the major takeaways for the market.

How would you define the potential for the development of a hydrogen economy in Latin America?

Mariano Berkenwald: Going to net zero emissions requires a profound commitment to the transformation of how we produce and use energy. Among other things, this includes profound changes in the industrial sector and in the transport of people and goods – two areas where low-carbon hydrogen can decarbonize uses that cannot be electrified.

The region’s comparative advantages can lead to business opportunities, economic development and job creation. It is true that the region could one day produce low-carbon hydrogen at competitive prices and in quantities greater than what it will require for its own energy transitions, opening opportunities for the export of low-carbon hydrogen and derived products (steel, fertilizers, fuels synthetics), etc.

However, the opportunity to become a hydrogen exporter should not derail the potential hydrogen has to decarbonize local economies and build future industries by taking advantage of the comparative advantages of the region.

How and why could low-carbon hydrogen be one of the drivers of the next phase of Latin America’s clean energy transition?

Mariano Berkenwald: Low-carbon hydrogen can help reduce emissions in energy uses that are difficult to electrify including certain industries and transport. Low-carbon hydrogen can also leverage the use of other renewables ensuring the viability of seasonal and long-term electricity storage.

Some Latin American countries such as Costa Rica, Paraguay and Uruguay have already almost completely decarbonized their electricity generation, and the decarbonization of transport will inevitably be one of the focal points of the next phase of these energy transitions. In countries with big industrial sectors, hydrogen could enable the competitive conversion of some industries for a decarbonized future.

Thus far 11 countries in the region have either published or are currently preparing national hydrogen strategies. What happens to those who have not entered the race – is it too late?   

Javier Jorquera: It is never too late, but time is of the essence. To take advantage of the potential benefits that low-carbon hydrogen offers, countries will need to spend time doing a thorough analysis of the market vis-a-vis current conditions.  This will enable them to identify opportunities that hydrogen presents for each of their particular contexts. Each country will need to build solid consensus with the local energy sector, regarding the role of hydrogen in its own energy transition and the role that their country will play in the global stage. All these processes take time, but can be accelerated by drawing from the experience of other countries and taking subsequent steps.


América Latina es una de las regiones del mundo liderando el uso de energía renovable y uno de los promotores principales a nivel global impulsando el uso del hidrógeno bajo en carbono. Actualmente, más de 11 países han lanzado o están en proceso de lanzar su estrategia nacional de generación de hidrógeno.

La Agencia Internacional de Energía publicó recientemente un informe que destaca cómo el hidrógeno bajo en carbono tiene el potencial a largo plazo para reducir las emisiones y desarrollar nuevas capacidades de exportación.

Aquí alguno de los puntos claves:

  • Casi el 90% de la demanda de hidrógeno de la región en 2019 se concentró en las cinco economías más grandes de la región y en Trinidad y Tobago, que por sí sola representaron más del 40% de la demanda total de hidrógeno.
  • Algunos países de América Latina tienen el potencial de producir más hidrógeno bajo en carbono del que pueden consumir, gracias a la abundancia de recursos renovables.
  • El hidrógeno producido a partir de electricidad renovable puede reemplazar las importaciones de gas natural en ciertos países. También puede proporcionar almacenamiento de electricidad estacional e interanual utilizando excedentes de energía renovable en una región con una gran proporción de energía hidroeléctrica y puede proporcionar un suministro de energía renovable estable en sistemas e islas aisladas.

New Energy Events habló con Mariano Berkenwald y Javier Jorquera de la Oficina de Relaciones Energéticas Globales de la IEA sobre las principales conclusiones del mercado.

¿Qué tan grande es la oportunidad potencial economía del hidrógeno para América Latina?

Mariano Berkenwald: Llegar a cero emisiones netas requiere una transformación profunda de cómo producimos y usamos energía. Entre otras cosas, esto implica cambios profundos en el sector industrial y en el transporte de personas y mercaderías, dos áreas en l as que el hidrógeno bajo en carbono descarbonizará aquellos usos que no puedan ser electrificados.

Las ventajas comparativas de l a región pueden suponer oportunidades comerciales, de desarrollo económico y creación de empleo. Es cierto que l a región podría un día producir hidrógeno bajo en carbono a precios competitivos y en cantidades mayores a l as que va a requerir para sus propias transiciones energéticas, abriendo oportunidades de exportación de hidrógeno bajo en carbono y productos derivados (acero, fertilizantes, combustibles sintéticos…).

Sin embargo, no hay que dejar que esta oportunidad exportadora haga que se pierda de vista el potencial que tiene el hidrógeno para descarbonizar l as economías locales y construir l as industrias del futuro aprovechando l as ventajas comparativas de l a región.

¿Cómo podría el hidrógeno bajo en carbono impulsar la próxima fase de la transición hacia la energía limpia en América Latina?

Mariano Berkenwald: El hidrógeno bajo en carbono puede ayudar a reducir emisiones en usos de l a energía que son difíciles de electrificar, como varios procesos industriales y algunas modalidades de transporte. Además puede ayudar a incorporar más renovables variables en el sector eléctrico, posibilitando almacenamiento eléctrico estacional y de larga duración.

Algunos países de América Latina (como Costa Rica, Paraguay y Uruguay) ya descarbonizaron casi completamente su generación eléctrica, y la descarbonización del transporte será inevitablemente uno de los focos de acción de l a próxima fase de estas transiciones energéticas. En los países con sectores industriales importantes, además de los usos en transporte, los nuevos usos del hidrógeno en el sector industrial podrían requerir grandes volúmenes de hidrógeno, y permitir l a reconversión competitiva de algunas industrias para un futuro descarbonizado.

Hasta el momento, 11 países de la región han publicado o están preparando estrategias nacionales de hidrógeno. ¿Qué pasa con los países que aún no se lanza a la carrera, ya es demasiado tarde?

Javier Jorquera: Nunca es tarde, pero mientras antes, mejor. Para aprovechar los beneficios potenciales que ofrece el hidrógeno bajo en carbono, los países deberán dedicar tiempo a hacer un análisis exhaustivo de su situación actual, para identificar las oportunidades que el hidrógeno presenta para su contexto particular. Luego de esto, cada país requerirá construir consensos sólidos con el sector energético local, respecto al papel del hidrógeno en su propia transición energética y al papel que su país jugará en el panorama global. Todos estos procesos requieren tiempo, pero se pueden acelerar con los esfuerzos adecuados y también sacando lecciones de experiencias de otros países.


Contact Francisca if you’d like to learn more about our Green Hydrogen regional index and events.